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25/03/2015
0:20Pude ver tus negros ojos en la oscuridad, que miraban desafiantes algo insignificante. El mundo, demasiado lleno ya, nos va echando. Reco...
Pude ver tus negros ojos en la
oscuridad, que miraban desafiantes algo insignificante. El mundo, demasiado
lleno ya, nos va echando. Recorremos caminos sin ningún rumbo con el propósito de
llegar a lo más alto. Buscamos en lo más mínimo algo que pueda recordar nuestra
existencia.
Pero yo encontré, muchas veces,
aquello que rellena a toda persona, aquello que marca la existencia, aquello
que no podemos tocar, ver, oler ni oír; pero que sentimos como si fuera
nuestro. Sí, lo encontré, pero daba igual, porque nunca permanecía. Claramente,
algo que no puedes poseer, es algo que tampoco puedes controlar, y volátil. De
momento, demasiadas experiencias, que consiguen corregir errores del futuro que
ocurrieron en el pasado, y me alegro de ello.
Tantos años, perdidos; tantas
discusiones, para nada; y tantos buenos momentos arrugados y tirados a la
papelera como el folio en sucio que ya está demasiado sucio. Así es como me
siento, como un desperdicio que de tanto usarse ya no sirve, su utilidad es
definida y para cada persona tengo un diferente fin. Los azules dicen que la
confianza siempre ha estado ahí, y los negros no pueden decir nada puesto que
su orgullo se lo impide. Los azules volvieron hace poco y los negros quieren
volver pero les cuesta tanto que la que debe hacer el esfuerzo por que vuelvan soy yo.
Y eso me asusta. Quiero demasiado
a ese dolor azul y a ese dolor negro, parece raro que se quiera a un dolor,
pero sin tenemos en cuenta que esos dolores están representados por personas la
cosa cambia. Ahora es el momento de actuar, y de escuchar a las dos partes de
mí, la mente y el corazón, y hacer síntesis de todo lo que recuerdo de ellos.