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22/04/2015
23:24Os contaré la historia de una chica, no es una de esas historia bonitas de cuento, si queréis parar ahora es el momento. Es una chica pe...
Os
contaré la historia de una chica, no es una de esas historia bonitas de cuento,
si queréis parar ahora es el momento.
Es
una chica pequeña, en muchos sentidos, pero con un corazón aún más pequeño. En
ese corazón caben miles de sentimientos aunque por fuera no se vea ninguno de
ellos. Cuando habla siempre intenta que los demás le ofrezcan una sonrisa, ella
se las devuelve pero por dentro está hecha pedazos.
Todo
empezó en su decimoquinto cumpleaños, cuando un chico bastante alto, en muchos
sentidos, entró en su vida para descuadrarla por completo. Parecía el típico
chico al que le gusta una chica e intenta hacer todo lo posible por hablar con
ella. Congeniaron bastante bien, muy muy bien, pero también pasó lo típico.
Se
conocían poco pero solo basto un poquito de cariño para que surgiera algo entre
ellos, como se dice fue bonito mientras duró. Él le rompió el corazón y ella
continúa ahora con el corazón destrozado.
Pero
volvieron a ser amigos y el chico se la jugó mientras él estaba con otra
chica, ella dejó esa amistad y esa persona tan importante en su vida fuera de
esta. Al cabo del tiempo, pasado el verano, volverían las clases y volverían a
cruzarse las caras pero para consuelo de ella se marchó y ahora estudia en otro
lugar.
Por
si fuera poco, ella tenía que verlo cuando quedaba con sus amigos, o en su grupo
de fe, pero a él eso no le suponía un problema porque él no estaba enfadado con
ella, de manera que eso a ella le reventaba. Más tarde, a la chica comenzó a
serle indiferente y, al final, acabaron por ser amigos de nuevo, sin saber ella
lo que eso podía desencadenar.
Las
conversaciones nocturnas llegaban a altas horas de la madrugada, aunque en el
sueño les pudiera. Hablaban mucho y los fines de semana cuando el chico volvía
eran mejores que cualquier otro día de la semana. Ella pensó que había cambiado.
Pero
llegó el día de su confirmación, ellos sabían lo que acabaría pasando y pasó, era
algo inevitable, algo previsible. Ahora, después de tanto tiempo, y después de
tantos errores cometidos, la chica no es capaz de corregir o evitar que esos idénticos
errores vuelvan a pasar, ella no sabe cómo ni porqué pero es una de esas
personas que no se olvidan y que tiene algo especial que nunca cambia con el
tiempo.