24/09/2015
19:01
La historia se repite, como en el
eterno retorno de Nietzsche todos los sucesos de la vida vuelven a pasar,
incluyendo los malos momentos y de una manera exactamente igual a la primera.
Toda la vida pensando en el futuro, en lo que llegaremos a ser y en lo que
queremos conseguir; siempre es igual, somos tantos los que damos a los demás
pero después no recibimos nada, resulta casi increíble que esto sea posible por
el mínimo hecho de que si somos tantos los que damos ¿Cómo no íbamos a poder
recibir, aunque sea, un mínima parte de lo que ofrecemos?
No quiero jugar más en este
equipo. Comprendí, aunque hace poco, que esto no tiene solución. Me sé hasta la
palma de tu mano de memoria, pero no quiero verlo; me cuesta tanto admitir que
me he equivocado tantas veces contigo y que me autodestruyo tanto imaginando
situaciones idílicas en las que todo es perfecto. Pagaría para que no volvieras
a verme jamás, aunque de momento me sale gratis; y es que me hago la dura para que los demás no vean lo que me has hecho.
Olvídame, y no solo a ratos;
olvídame para siempre, no des la vuelta. Y espero que esto no se vuelva a repetir.
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