A veces, nos hacemos pasar por alguien que no somos para intentar impresionar a personas que no nos merecen o simplemente porque ya no nos gustamos. Pensamos que nuestras vidas van perdiendo sentido porque ya no nos ocurre nada interesante, pensamos que no podemos aspirar a nada más de lo que ya tenemos y no es así. Olvidamos como actuábamos antes de ser cambiados por nosotros mismos o porque nos dejamos cambiar por la sociedad en la que vivimos, ya no sabemos como eramos antes de ese cambio y, a veces, no hay vuelta atrás.

Todo esto puede cambiar si confiamos un poco más en nosotros mismos, en nuestras posibilidades y en lo que realmente podemos llegar a hacer y ser, porque no somos marionetas del destino, nosotros controlamos nuestro propio destino guiándolo de una manera u otra con nuestras acciones. Sabemos defendernos de los demás, ¿por qué no vamos a saber defendernos de nosotros mismos?, porque nosotros, aunque no lo creáis, también nos hacemos daños con nuestros pensamientos y actos, y nos damos cuenta pero no queremos reconocerlo.