10/12/2014

Tenemos que hablar, volvamos al momento inicial en el que por primera vez te vi pasar. El color de tu piel se reflejo en mi volviéndome de u...

Tenemos que hablar, volvamos al momento inicial en el que por primera vez te vi pasar. El color de tu piel se reflejo en mi volviéndome de un tono muy negro, áspero, frió y temeroso. Le había tendido la mano al miedo. No se que hacer ahora, ni que decir, no tengo nada claro.

Mi mente se va de mi pero vuelve a ratos, no manda ni ella ni mi corazón, y no se muestra una respuesta concreta para ti.
Acabamos de vernos pero no hay nada, salvo los deseos de hacerme tuya, deseos que no que crean ningún furor en mi, ya que en realidad se que solo es eso, deseos de una sola noche. Tus mentiras acerca de tus sentimientos me abruman, tanto por su credibilidad como por el cariño personal, solo se que no entiendo nada de lo que haces, tus acciones afectan en mi pero para ti no significan nada, acabando de remendar las últimas heridas de tus puñales me recompongo como una figurita rota a base de esfuerzo y un adherente fuerte.
Tengo oportunidad de zanjar esto, intentar -y solo intentar- olvidar tu nombre, tu rostro, tus buenas y malas acciones, el sabor de tus labios y el color de tus ojos, ese aroma que impregna el aire del lugar por donde pasas, ese aroma que tanto me gusta y que ahora mismo tanto odio inhalar. Dudo que sea capaz de todo esto o que por algún motivo impropio, cambies tus pensamientos, que tu mente haga chispas y sufra un cortocircuito que te haga pensar lo que solo a ratos pasa por tu cabeza, yo.
Dudo mucho de la posibilidad que hay de que esto ocurra, y que todo lo que he querido siempre y nunca he tenido se cumpla con buenos propósitos y largos bostezos.
Fuera de lo común estás, cosa que es irresistible en mi, las palabras raras e incompresibles llaman mi atención y tu eres como una de ellas, sin significado alguno en mi humilde y escaso diccionario que de malas palabras esta lleno. A veces, pienso que lo que dices es realmente lo que sale de tu parte cierta y que lo que piensas te sale del corazón, pero me doy cuenta que no es así cuando tus manos empiezan a rozarme las trabillas del pantalón intentando llegar a algo prohibido.
Los casos que realizas y lo crímenes que cometes me dan que pensar, huesos crujiendo, sangre derramándose por el libro de mi vida, justo en el capitulo que se titula 'Incredulidad'.
No creo que sea pura casualidad que tus sentimientos afloren cuando me tienes a punta de pistola, que pienses en mi solo cuando mis manos rozan tu piel y cuando mis labios encuentran a los tuyos, cuando se interpone entre nosotros solo el aliento de nuestros infames cuerpos llenos de testosterona y adrenalina.
"No es una gran atracción la que me lleva hacia él, pero tiene algo especial, algo que enciende la llama que produce calor en mi y que calienta mi frió ente, y aunque mi mente lo recuerde, se que no me quieres como yo querría pero como todo amor que se tercie, sea falso o cierto, siempre gusta al que lo necesita."

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